Parasha Pinjás

Bamidbar / Num. 25:10 – 29:40 (30:1)

Haftarah de aflicción: Yermiyahu / Jer. 1:1-2:3

Brit Hadashah: Yohanán / Jn. 2:13-22

Pinjás significa “boca de serpiente”.

Resumen de la Parashah Bamidbar / Num. 25:10-30:1

El nieto de Aharón, Pinjás, es premiado por su acto de celosía al matar al príncipe de la tribu de Shimón, Zimrí junto a la princesa madianita, Cazbí.

HaShem le otorgó un pacto de paz y la Kehunah / el Sacerdocio.

Se hace un segundo censo del pueblo que cuenta con 601,730 hombres entre 20 y 60 años.

Moshé es instruido sobre, cómo debe dividir la Tierra entre las tribus y las familias de Israel a través de una lotería.

Las cinco hijas de Tzlafjad piden a Moshé que les conceda la porción de tierra que le pertenece a su padre, quien muere sin hijos varones.

HaShem acepta su pedido y lo incorpora dentro de las leyes de herencia de la Torá.

Moshé lega el poder en manos de Yehoshúa para que lo suceda e introduzca al pueblo, a la Tierra de Israel.

La sección concluye con una detallada lista de ofrendas diarias (Cap.28-29).

Las ofrendas adicionales traídas en Shabát, en Rosh Jódesh / cabeza o principio del mes, y las festividades de Pesaj / Pascua, Shavuot / Pentecostés, Yom Teruah o Día de hacer sonar el Shofar, también llamado Rosh Hashaná / cabeza o principio de Año, Yom Kipur / Día de la Expiación, Sucot / Tabernáculos y Sheminí Atzeret / literalmente el “Octavo Día de Asamblea”.

Así comienza nuestra parashat de esta semana, Bamidbar / Num 25:10-11:

וַיְדַבֵּר יְהוָה אֶל־מֹשֶׁה לֵּאמֹֽר׃

פִּֽינְחָס בֶּן־אֶלְעָזָר בֶּן־אַהֲרֹן הַכֹּהֵן הֵשִׁיב אֶת־חֲמָתִי מֵעַל בְּנֵֽי־יִשְׂרָאֵל בְּקַנְאֹו אֶת־קִנְאָתִי בְּתֹוכָם וְלֹא־כִלִּיתִי אֶת־בְּנֵֽי־יִשְׂרָאֵל בְּקִנְאָתִֽי׃

Vayedaber Adonay el-Moshe lemor.

Pinjas ben-El’azar ben-Aharon hakohen heshiv et-jamati me’al beney-Yisra’el bekan’o et-kin’ati betojam velo-jiliti et-beney-Yisra’el bekin’ati.

25:10   Y habló Adonay a Moisés, diciendo:

25:11   Pinjás, hijo de Elazar, hijo del sacerdote Aarón, ha hecho desviar mi ira de sobre los hijos de Israel al llevar mi venganza entre ellos, y así no consumí a los hijos de Israel con mi ira.

1er Comentario (Bamidbar / Num. 25:17-18)

«Hostigad a los madianitas y heridlos; pues ellos os han sido hostiles con sus engaños, con los que os engañaron en el asunto de Peor, y en el asunto de Cazbí, hija del jefe de Madián, su hermana, que fue muerta el día de la plaga por causa de Peor.”

¿Por qué tanta radicalidad?

Los madianitas habían cometido un pecado más grave que el de los moabitas porque vivían más lejos y no tenían una razón lógica para meterse en el asunto.

El hecho de que los moabitas habían intentado de dañar al pueblo de Israel es entendible por el temor que les tenían (22:3).

Por eso HaShem no ordenó a los hijos de Israel atacar a los moabitas.

Pero los madianitas habían dañado al pueblo de Israel sin razón.

Por eso vino esta venganza de HaShem sobre ellos por medio de su pueblo.

No sabemos cuántos, de los hijos de Israel, habían fornicado con las hijas de Moav y de Midián.

Sabemos que 24,000 murieron por la plaga de HaShem, pero esto no significa que todos ellos habían pecado directamente.

No es solamente el hecho de pecar lo que produce el juicio de HaShem sobre el pueblo, sino también el silencio y la pasividad de los demás.

La pasividad ante el pecado de los hermanos es una de las cosas más dañinas para el pueblo.

Si no reprendemos a los que se empeñan en pecar vamos a ser considerados como cómplices con ellos y el juicio también nos alcanzará por nuestro silencio.

Con los que defienden su pecado hay que ser muy severo, pero con los que se arrepienten hay que ser muy misericordioso.

No podemos tomar a la ligera el pecado de la fornicación.

Es un asunto muy serio.

Está prohibido tener relaciones íntimas fuera del pacto matrimonial.

El que comete esos pecados no tiene herencia en el Reino venidero.

Si permitimos en nuestras comunidades, personas que viven en fornicación también seremos juzgados por nuestra pasividad ante el pecado.

En 1 Corintios 10:8 está escrito que 23,000 cayeron en un día por causa de la fornicación.

Obviamente, el pecado de la fornicación fue más extendido que la misma idolatría.

El pueblo de Israel vivía en una moral muy alta.

La pureza familiar era muy importante y no se cometían actos de fornicación ni de adulterio en el pueblo.

Eso no se hace en Israel (B’reshit / Gen. 34:7).

Las mentes y las conciencias de los Israelitas estaban programadas para rechazar la fornicación.

Por eso cuando un jefe viene y presenta una mujer extranjera idólatra, en público y la introduce en su tienda, para fornicar con ella delante de todo el pueblo, era algo sumamente muy grave.

Eso no se hace en Israel ni entre los escogidos de entre las naciones.

Si uno se acostumbra a la fornicación y no la considera un pecado grave, es porque su mente y su conciencia han sido pervertidas por el espíritu de este mundo maligno.

¿Cómo vas a permitir que tu hija se acueste con su novio antes de casarse con ella?

Y si en algún momento piensas que se puede vivir juntos sin estar casados, necesitas arrepentirte por haber aceptado algo que HaShem no acepta.

¡No está permitido tener relaciones íntimas sin un pacto matrimonial entre hombre y mujer!

Si no consideramos bueno, justo y correcto lo que hizo Pinjás cuando atravesó a Zimrí y Cazbí con una lanza, entonces nuestras mentes no han sido renovadas según la Torá y pensamos lo contrario de lo que piensa HaShem.

Lo que hizo Pinjás fue bueno ante los ojos de HaShem y él fue grandemente recompensado por su acto de haber ejecutado a los fornicarios idólatras con el celo del Cielo.

¿Por qué tanta radicalidad?

Para salvar al pueblo de la destrucción.

Un poco de levadura, leuda toda la masa (Gal.5:9), y hay que cortar con estas cosas para que los justos no desaparezcan del mundo.

Estamos hablando de cómo se debe tratar con el pecador que se empeña en su rebeldía.

Otra cosa es cuando uno cae por debilidad y luego aborrece el pecado y se arrepiente.

HaShem es muy misericordioso con los débiles y perdona a los que se arrepienten.

Aunque caigamos muchas veces y nos arrepintamos de nuevo, él nos perdona.

Sin embargo, si caemos en fornicación normalmente es porque no entendemos la gravedad del pecado.

Si tú supieras que obtendrías SIDA a la hora de cometer fornicación, ¿lo harías?

Vemos que el temor a las consecuencias evita el pecado.

Si no hay temor, el pecador sigue cayendo y cayendo, pensando que su pecado no es tan grave.

¡La fornicación es grave!

El severo juicio viene sobre los que no se arrepienten de verdad de su fornicación, como está escrito en Colosenses 3:5-7:

“Por tanto, considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría. Pues la ira de HaShem vendrá sobre los hijos de desobediencia por causa de estas cosas, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.”

En Efesios 5:3-7 está escrito:

“Pero que la inmoralidad, y toda impureza o avaricia, ni siquiera se mencionen entre vosotros, como corresponde a los santos; ni obscenidades, ni necedades, ni groserías, que no son apropiadas, sino más bien acciones de gracias. Porque con certeza sabéis esto: que ningún inmoral, impuro, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino del Mesías y de HaShem. Que nadie os engañe con palabras vanas, pues por causa de estas cosas la ira de HaShem viene sobre los hijos de desobediencia. Por tanto, no seáis partícipes con ellos.”

En 1 Corintios 6:9-11 está escrito:

“¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de HaShem? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de HaShem. Y esto erais algunos de vosotros; pero fuisteis lavados, pero fuisteis santificados, pero fuisteis justificados en el nombre del Adón Yeshúa el Mesías y en el Ruaj de nuestro Elohím.”

2do Comentario Bamidbar / Num. 26:44 

“Los hijos de Aser según sus familias: de Imna, la familia de los imnitas; de Isúi, la familia de los isuitas; de Bería, la familia de los beriaítas.”

¿Cuál es el secreto de la preservación del pueblo judío?

En el parashah – פרשה, sección – de esta semana aparece la palabra Mishpoja – משפחה, familia, clan – más de 80 veces.

El pueblo de Israel es el pueblo de las familias.

La familia es la base para su preservación.

Toda cultura y pueblo que ha introducido la corrupción en la familia ha desaparecido en la historia.

La preservación de la familia y la fidelidad en el pacto matrimonial es una de las cosas más fundamentales en el pueblo santo.

Al desintegrar la familia el pueblo desaparecerá.

El texto hebreo introduce una repetición después de los nombres principales de cada familia (Cap. 26).

26:5     Re’uven bejor Yisra’el beney Re’uven Janoj mishpajat haJanoji le-Falu mishpajat haPalu’i.

Rubén, primogénito de Israel; los hijos de Rubén: de Janoj, la familia de los janojitas; de Pal-lú, la familia de los pal-luítas;

26:6     Le-Jetsron mishpajat haJetsroni le-Jarmi mishpajat haKarmi.

de Jetzrón, la familia de los jetzronitas; de Karmí, la familia de los karmitas.

Primero viene el nombre y luego se añaden la letra hey –ה – al principio y la yudי– al final de cada nombre.

La hey es el artículo definido y la yud final transforma el nombre en un adjetivo.

Las dos letras yud y hey son las primeras dos letras del Nombre Sagrado.

Algunas veces aparecen sólo estas dos letras como abreviación del Nombre Sagrado.

Encontramos un ejemplo en la palabra hallulla, que está compuesta por las dos palabras halelú – que significa alabad, y yá yah – que son las dos primeras letras del Nombre Sagrado.

Al poner su Nombre alrededor de cada familia de Israel, HaShem quiso mostrar que cada una de ellas le pertenecían.

Pero no sólo eso, su Nombre está puesto detrás y delante de cada nombre de familia, dándonos a entender que él guardaba a cada familia en, o dentro de su Nombre.

Él estaba detrás y delante de ellas y puso su propio sello sobre cada una de ellas.

Esto es también una muestra, como dice el Midrash, de que los egipcios no habían violado a las mujeres cuando eran esclavas, sino que cada familia había mantenido su pureza para poder ser contada como hijos de cada padre en el pueblo santo.

La letra yud representa lo masculino y la letra hey representa lo femenino.

Las dos letras al principio y al final de cada nombre de familia muestra la unión entre el padre y la madre para la formación de esa familia.

El hecho de que la hey – lo femenino – venga al principio de los nombres de las familias puede ser interpretado, según dice el Talmud, como que las madres fueron puestas primero para destacar sus méritos por haber sido fieles y mantenido la pureza sexual en Egipto.

En el Mizmor / Salmo 122:4b está escrito: “las tribus de Adonay”

Donde aparecen sólo las dos primeras letras del Nombre sagrado, “las tribus de YAH (יה)”.

Las tribus de Israel fueron dedicadas a HaShem por familias y por eso Su Nombre ha sido puesto como un adorno alrededor del nombre de cada familia.

El nombre Imná, o Yimná –ימנה  – que aparece en este versículo, ya tiene las dos letras del Nombre Sagrado al principio y al final desde su nacimiento.

Por eso la Torá no añade las dos letras en el nombre de la familia, sino sólo la hey al principio –הימנה  – para honrar la fidelidad de su madre.

HaShem acampa alrededor de la persona y la familia que se han entregado a él, como está escrito en Mizmor / Salmo 34:7:

El ángel de Adonay acampa alrededor de los que le temen, y los rescata.”

(G#22)En el Mizmor / Salmo 139:5 está escrito:

Por detrás y por delante me has cercado, y tu mano pusiste sobre mí.”

En Yohanán / Jn. 17:12 está escrito:

“Cuando estaba con ellos, los guardaba en tu nombre, el nombre que me diste; y los guardé y ninguno se perdió, excepto el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliera.”

¡Bendito sea Adonay que ha puesto su Nombre alrededor de nuestra familia!

3er Comentario Bamidbar / Num. 27:5)

Y Moisés presentó su caso ante Elohím.”

¿Por qué Moshé consultó con el Eterno?

Las cuatro hijas de Tselofjad no tenían hermano que podía obtener la herencia en la tierra prometida que correspondía a su padre, según el primer censo. 

Por eso presentaron el caso ante Moshé y los demás jefes de la congregación solicitando el derecho de la parcela que correspondería a su padre.

En lugar de dictar una sentencia directamente, Moshé fue a consultar con HaShem.

Usted sabía que, los rabinos discuten si él conocía la respuesta o si había olvidado el halajá o simplemente si presentó el caso ante HaShem para no avergonzar a los jueces inferiores que no habían podido contestar a las hermanas.

En todo caso el hecho de consultar a HaShem era una señal de humildad.

El orgulloso, quiere dar una respuesta, aunque no sea correcta, sólo para aparentar como sabio.

El vergonzoso, que no sabe que contestar, contesta cualquier cosa para no tener que reconocer su ignorancia.

El humilde, reconoce que no sabe, y si sabe, no le importa preguntar una vez más y aparentar como ignorante, porque no busca la aprobación de los hombres, ni se mueve por la vergüenza de no saber ni por el deseo de mostrar cuánto sabe, sino por un amor profundo a la verdad y al cuidado de los demás.

Yehoshúa cometió el grave error de no consultar con HaShem antes de tomar una decisión importante (Jos. 9).

Si hubiera seguido el ejemplo de la humildad de Moshé no habría pasado lo que pasó con los givonitas / gabaonitas.

Tenemos que aprender a consultar con HaShem antes de tomar decisiones, aunque sean triviales.

Seamos humilde y presentemos todo delante de nuestro Padre celestial, pidiendo los impulsos correctos y la inspiración adecuada y la sabiduría y la inteligencia necesarias para poder tomar las decisiones correctas y hacer las cosas bien.

“Porque todos los que son guiados por el Ruaj de Elohím, los tales son hijos de HaShem.” Rom. 8:14

4to Comentario Bamidbar / Num. 27:18 

“Y Adonay dijo a Moisés: Toma a Josué, hijo de Nun, hombre en quien está el Ruaj / Espíritu, y pon tu mano sobre él”.

¿Josué, hijo de quién?

Moshé fue el primer redentor que con la ayuda de HaShem logró sacar al pueblo de la esclavitud de Egipto.

Pero no pudo completar el trabajo e introducir al pueblo en la tierra prometida.

Su sucesor Yehoshúa tenía que terminar la obra que Moshé había empezado.

Lo que Moshé no podía hacer Yehoshúa lo hizo.

El nombre Yeshúa es la abreviación de Yehoshúa.

Para la redención final Moshé no es suficiente, hace falta también Yeshúa.

El que solamente sigue a Moshé / Tora, llegará a la tumba, pero el que sigue a Moshé / Tora y a Yeshúa, que continuó la obra de Moshé, pasará de este mundo al mundo venidero con vida eterna.

Yehoshúa era hijo de Nun – נון.

Nun significa brotar, retoñar, propagar, permanecer, continuar.

El nombre de su padre es también el nombre de la letra nun – נ.

Nun es la letra número 14 del alefato hebreo.

El significado de la letra nun espermatozoide y su número es 50.

El número 50 es el número de la redención.

Había 50 días entre la salida de Egipto hasta la entrega de la Torá en Sinaí cuando la primera parte de la primera redención fue completada.

El número 50 también habla del año de jubileo que es la gran fiesta de la redención final.

El valor numérico, es decir la suma del valor numérico de cada letra, de la palabra hebrea ha-gueulá – הגאולה, la redención – es precisamente 50.

La letra nun es considerada como la letra del Mesías.

Uno de los nombres del Mesías es Yinón, que viene de la letra nun y significa: “él reinará”.

Está sacado del Mizmor / Salmo 72:17 donde está escrito:

“Sea su nombre para siempre; que su nombre se engrandezca mientras dure el sol, y sean benditos por él los hombres; llámenlo bendecido todas las naciones.”

El texto hebreo dice literalmente: לפני שמש ינון שמו  – lifnei shemesh Yinón shemó – antes del sol su nombre permanecerá (existía), o: ante(s) (d)el sol su nombre es Yinón.

Cada letra hebrea tiene un número y al escribir una palabra también se escriben números.

Las tres letras hebreas del nombre David – דוד – suman 14 (daletvav y dalet, 4+6+4=14,  cf. Mat. 1:17).

De esa manera hay una relación entre Yehoshúa hijo de Nun y David.

El Mesías hijo de David es el futuro redentor y Rey eterno de Israel y su nombre es Yehoshúa / Yeshúa.

El nombre Nun –נון  – tiene dos nuns, una al principio y otra al final.

La primera redención está representada por la primera nun y la redención final está representada por la nun final.

Entre las dos nuns hay una vav, que es la letra 6 y simboliza al hombre, que fue creado el sexto día y que es el propósito principal para las dos redenciones.

La nun final baja debajo de la línea lo cual nos enseña que la redención final llegará hasta debajo de la tierra causando la resurrección de los muertos.

Yehoshúa ben Nun fue el que terminó el trabajo en la primera redención.

Su nombre encierra el secreto del segundo Redentor que llevará a cabo la redención final y completa para el pueblo de Israel y el mundo entero.

¡Benditos los que le esperan en él!

Shabát Shalom Mishpojah!

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