Deuteronomio 1:1 – 3:22

Haftará: Isaías 1:1-27

Brit Hadashah: Matittiyahu / Mt. 24:1-22

Devarim significapalabras” o “cosas”.

Comentarios

La corrección trae vida

(Salmo 94:12 TLV).

“Bendecido es el que Tú disciplinas, ADONAI, y le enseñas de Tu Torá”
Es interesante que la Torá inicie el libro de Devarim (Deuteronomio) comienza mencionando varios lugares que, a simple vista, generan curiosidad para el lector: ¿Qué lugares son?
Sobre esta pregunta, los sabios de Israel mencionan que se refieren a los lugares en donde el pueblo de Israel pecó en contra de HaShem así.

“‘en el desierto’ es la referencia al deseo de comer la carne de Egipto,
‘en el Arabá’ es la mención de la inmoralidad con las hijas de Moab,
‘frente a Suf’ es la indicación de la falta de confianza en HaShem ante el cruce del Mar de Juncos,
‘entre Parán, Tofel, Labán’ es la mención de la queja por el alimento milagroso, el maná,
‘Jatzerot’ fue el lugar donde tuvo lugar la rebelión de Kóraj, y
‘Di Zahav’ el lugar donde pecaron con el becerro de oro.


Pero ¿por qué Moshé les habló estas palabras codificadas a la generación que estaba a punto de entrar a la tierra prometida? Dicen los comentaristas que fue por guardar y mantener el honor del pueblo de Israel y no acusarlos de manera directa por sus faltas.


Rav Shaúl nos indicará que eso quedó escrito de esa manera porque

1 Corintios 10:6
“…estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que nos codiciemos cosas malvadas, como hicieron ellos”.

Con esto Moshé les está diciendo, que se cuiden de aquellas cosas que les causaron problemas.
Parece que esta es una estrategia que Moshé emplea para así mostrarle al pueblo de Israel cómo deben comportarse. Por eso es que, en este libro, él les hace un recuento de la Torá.

Razón por la cual este libro recibe el nombre de Mishné Torá / Repetición de la Torá.
Esto que vemos en esta porción es a lo que Rav Shaúl se refiere cuando dijo:

2 Timoteo 3:16-17 

“Toda la Escritura es inspirada por Elohím y útil para enseñar, para reprender, para restaurar, y para entrenar en justicia, para que la persona que le pertenece a HaShem sea capaz, completamente equipada para toda buena obra”

Este es el mensaje de este parashá, ser corregidos a tiempo sin siquiera haber cometido los errores del pasado con el fin de vivir y ser receptores de lo que HaShem tiene delante nuestro.
Poder anticiparnos a los errores que podamos cometer teniendo presentes los cometidos por aquellos, que, como dijo Rab Shaúl, son nuestros ejemplos para no hacer lo mismo.
La corrección trae vida.

No temas ni desmayes

[Josué 1:9]

“En tiempos de dificultad el Señor nos dice que no tengamos temor ni
desmayemos porque él estará con nosotros a donde quiera que vayamos.»
En el parashá Devarim (palabras), Moisés habló a todo Israel sobre la salida de Egipto, de cómo el Eterno les ordenó dejar el monte de Horeb y volver al monte del Amorreo y HaShem entregaría al pueblo la tierra que había prometido a sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob y a su descendencia.

Moisés les dijo:
[Dt. 1:21]

“Mira, HaShem tu Di-s te ha entregado la tierra; sube y toma posesión de ella, como HaShem el Di-s de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes”
Sin embargo, el pueblo no creyó y enviaron varones a reconocer la tierra, y solo Josué y Caleb hablaron bien de la tierra a la congregación

[Núm. 14:6-8].
HaShem le estaba diciendo al pueblo, por medio de Moisés, que no tuvieran
temor ni desmayaran.

Sin embargo, el pueblo, no quiso subir a la tierra, sino que fue rebelde al mandato del Señor y murmuraron que Di-s los había sacado de Egipto para entregarlos al amorreo y destruirlos.
Y Moisés insistió diciéndoles:

[Dt.1:29-30]
“No temáis, ni tengáis miedo de ellos. HaShem vuestro Di-s, el cual va delante de vosotros, él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo por vosotros en Egipto delante de vuestros ojos”.

HaShem se enojó ante la queja del pueblo y no les permitió entrar a la tierra; solo Caleb y Josué y sus hijos entraron.

Luego el Señor con mano fuerte, les entregó a Sehón rey de Hesbón y a su tierra para que tomaran posesión de ella y la heredaran.

También a Og rey de Basan y a todo su pueblo.
Finalmente, Moisés le dice a Josué:

[Dt. 3:21-22]
“Tus ojos vieron todo lo que HaShem vuestro Di-s ha hecho a aquellos dos reyes; así hará HaShem a todos los reinos a los cuales pasarás tú. No los temáis; porque HaShem vuestro Di-s, él es el que pelea por vosotros”.

HaShem habla a Josué diciéndole que no tema ni desmaye.
Después de la muerte de Moisés, HaShem habla directamente a Josué; diciéndole que como estuvo con Moisés, estaría con él que no lo dejaría ni desampararía y le dijo:
[Josué 1:1-9]

“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque HaShem tu Di-s estará contigo en dondequiera que vayas”.

Vendrá un segundo éxodo y debemos estar preparados para no tener temor ni desmayar.
Es importante entender los tiempos que estamos viviendo y lo que viene para la humanidad.
Así como se vivió un primer éxodo y el pueblo tuvo temor y muchos murieron en el camino y muchos no entraron a la tierra prometida por la queja, la murmuración, la incredulidad, así mismo vendrá un segundo éxodo, que de acuerdo a la palabra nadie sabe el día ni la hora, pero hay señales:

[Mt 24:36-39].
“Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre”. 

Yeshúa vendrá por segunda vez y nos juntará como la gallina a sus polluelos.
En el primer éxodo HaShem sacó al pueblo de Egipto por medio de Moisés.
En el segundo éxodo Yeshúa irá delante de nosotros nos sacará del Egipto de la esclavitud del pecado y del sistema mundial y de todo lo que se levantará.
En los últimos días vendrán tiempos difíciles.

[2 Tim. 3:1-5]
“Porque los hombres serán amadores de sí mismos, avaros, jactanciosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres…”

[Lc. 21:9-12]
“Se levantará nación contra nación, reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo. Y habrá una persecución a causa del nombre de Yeshúa…”

[Mt. 24:21]
“Y esto es apenas el principio de dolores y habrá gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.
Después de esta tribulación, aparecerá la señal del hijo del hombre en el cielo…viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gloria y enviará a sus ángeles con gran voz de trompeta y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro [Mt. 24:30-31].

El Eterno juntará a sus hijos como la gallina a sus polluelos [Is. 11:10-16].

En el primer éxodo el pueblo vio las plagas, sin embargo, el eterno los guardó.
Vio las señales en los cielos, vio un faraón que se levantó a perseguirlos.

Pero el eterno les dio la victoria, se vio en un desierto, pero HaShem les sustentó con el maná.
Y HaShem les decía por medio de Moisés no temas ni desmayes.
Estamos en tiempos de incertidumbre en el que debemos no tener temor ni
desmayar.

Estamos en tiempos de incertidumbre a nivel de salud, por la única pandemia que hemos vivido todos en esta generación y todas las consecuencias que de ella se derivan.
De acuerdo con la palabra, sabemos que viene un segundo éxodo, donde la situación no es fácil, por lo que vamos a ver, plagas, terremotos, guerras, hambres, etc.,
Pero es necesario que esto acontezca.

Está escrito en la palabra y se cumplirá, y así como HaShem decía al pueblo por medio Moisés y Josué, hoy nos dice por medio de su palabra “No temas, ni desmayes” porque Yeshúa va delante de nosotros y peleará por nosotros.

No caigamos como el pueblo en el primer éxodo, en la incredulidad, la queja, la murmuración.
Por lo contrario, pidamos al Eterno que nos de la fuerza para pasar esta prueba y que podamos, como Josué y Caleb, entrar a la tierra prometida con nuestra generación y poder predicar a otros que el tiempo está cerca y que pronto podamos decir:

“Baruj Haba B’Shem Adonai”, bendito el que viene en el nombre del Señor.

Él pelea por vosotros

Una guerra que no se pelea no se gana, un enemigo que no se enfrenta no se vence, una situación que se ignora, no se soluciona, una guerra interna que no se reconoce no se sana.
El parashá Devarim (palabras) termina con los versículos siguientes:

[Dt. 3:21-22].
“Ordené también a Josué en aquel tiempo, diciendo: Tus ojos vieron todo lo que HaShem vuestro Elohím ha hecho a aquellos dos reyes; así hará HaShem a todos los reinos a los cuales pasarás tú. No los temáis; porque HaShem vuestro Elohím, él es el que pelea por vosotros.”

¿Cuáles fueron los dos reyes? Y ¿Qué les hizo HaShem?

Los reyes fueron Sehón rey de Hesbon y Og rey de Basán.

A Sehón, HaShem le endureció su espíritu y lo entregó para que fuera derrotado él, sus hijos y todo el pueblo.
El pueblo de Israel tomó y destruyó todas las ciudades, hombres,
mujeres y niños.

Solo tomaron el ganado y los despojos de las ciudades [Dt. 2:30-35].

A Basán, HaShem los entregó en manos del pueblo de Israel, los cuales los derrotaron hasta acabar con todos; hombres, mujeres y niños y tomaron ganados y los despojos de las ciudades [Dt. 3:3-7]
Al igual que en el caso de Sehón.

¿Quién era Sehón?

“Rey de los amorreos que habitaba en Hesbón, al cual derrotó Moisés con los hijos de Israel, cuando salieron de Egipto” [Dt.4:46]

¿Quién era Basán?

Era un gigante “Porque únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes. Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre” [Dt.3:11].

Estos dos nombres se recuerdan en los Salmos 135 y 136: “Destruyó a muchas naciones, y mató a reyes poderosos; a Sehón rey amorreo, a Og rey de Basán, y a todos los reyes de Canaán, y dio la tierra de ellos en heredad, en heredad a Israel su pueblo” [Sal. 135:10-12].

“Al que hirió a grandes reyes, porque para siempre es su misericordia; Y mató a reyes poderosos, porque para siempre es su misericordia; A Sehón rey amorreo, porque para siempre es su misericordia; Y a Og rey de Basán, porque para siempre es su misericordia” [Sal. 136:17-20].

¿Quiénes mataron gigantes?

De acuerdo al texto en mención, Basán era un gigante cuya cama era de hierro, de nueve codos (4 metros) de altura, y cuatro codos (1.78 metros) de ancho y fue derrotado por Moisés y los hijos de Israel.
Otro caso bien conocido, es la derrota de Goliat a manos de David; Goliat era un gigante de seis codos y un palmo (2.90 metros) de altura, tenía un casco de bronce en su cabeza, una armadura de malla de cinco mil siclos de bronce (57 kilos), sobre las piernas y los hombres llevaba bronce, el asta de su lanza era como un rodillo de telar (aprox 8 kilogramos) [1], y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro (6.84 kilogramos), e iba su escudero delante de él [1 Sam. 17:4-7].

Luego, los hombres de David, también mataron gigantes; como Sibecai Husatita que mató a Sipai, de los descendientes de los gigantes. Así mismo, Elhanán hijo de Jair mató a Lahmi, hermano de Goliat geteo, el asta de cuya lanza era como un rodillo de telar (8 kiogramos).

De lo anterior, podemos extractar, lo siguiente:
HaShem le dice a Josué que recordara lo que él hizo con los dos reyes; que así haría con todos los reinos que se opusieran para que el pueblo de Israel pasara.

Le dice “No temas” porque HaShem pelea por vosotros.
Sehón y Basán eran dos reyes grandes y poderosos.
Basán era un gigante más grande que Goliat.

En los salmos 135 y 136 se menciona Sehón y Basán, y éstos son parte
de las lecturas de shajarit para shabbat como versículos de alabanza.

Quienes mataron gigantes fueron Moisés y el pueblo de Israel, David, Sibecai
Husatita y Elhanán.

HaShem promete en su palabra que él pelea por nosotros, cualquiera que sea el gigante que tengamos que enfrentar, él lo derribará, pero tenemos que enfrentarlo para que sea destruido.

¿Cuál es tu gigante?

¿Cuál es tu guerra?

¿Cuál es tu batalla?

Una guerra que no se pelea no se gana, un enemigo que no se enfrenta no se vence, una situación que se ignora, no se soluciona, una guerra interna que no se reconoce no se sana.

Es el tiempo de ser libre, y tomar esta palabra que Él pelea por nosotros y vencerá todo gigante en nuestra vida, enfrenta tu gigante y HaShem te dará la victoria en el nombre de Yeshua.

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